domingo, 22 de septiembre de 2013

Capitulo 2

Una semana después de lo ocurrido en los talleres de Arte, llego al correo de Tassha un mensaje informativo sobre intercambios universitarios. Según lo que pudo enterarse en la charla  a la que asistió, tenía que sacar una nota mayor a la media en su primer año para poder tener una oportunidad para postular a una beca por un año en la mejor universidad de China.
Desde ese momento Tassha dedico todo su tiempo para lograr conseguir la beca, se inscribió en un curso superintensivo de Chino y pasaba más de doce horas en la universidad, adelantando temas y estudiando para cada practica o examen.
Giaccomo la veía tan preocupada por sus notas, que siempre intentaba ayudarla en todo lo que pudiera, pero aún no estaba enterado de los planes de Tassha. Sin proponérselo, con el tiempo se fue enamorando de ella, de esa sonrisa enorme que siempre le dedicaba cuando lo veía, de sus ojos cafés que siempre lo hipnotizaban como un tonto a sus pies, de su manera de ser tan espontánea y divertida. Giaccomo estaba enamorado hasta los huesos pero no quería que Tassha se alejara de él, no quería perderla, y por eso calló, durante mucho tiempo oculto ese sentimiento que crecía cada día más.
Fue una tarde de Mayo, cuando los parciales estaban a la vuelta de la esquina que Giaccomo lo supo todo. Caminaba hacia la cafetería mientras leía una lectura para historia, desconcentrado de quien pasaba a su alrededor, cuando escucho una conversación.
-¡No sabes la última!- le decía una chica menuda de estatura media y voz amable, que conversaba con otra chica mucho más delgada que ella y de menor estatura.
-¿Qué paso? ¡Cuéntame Brunela!- respondía su compañera mientras se detenía.
-Tassha se va a China, ¡nuestra Tassha se va!- Grito la que ahora sabia se llamaba Brunela.
La otra muchacha se quedó estática mientras su amiga intentaba hacerla reaccionar.
-¡Nayla, di algo!-
Giaccomo se alejó rápidamente, había visto a ambas chicas y sabía que eran amigas de Tassha, no había nadie más que conociera con ese nombre. Cuando asimilo lo que había escuchado, su mundo se vino abajo, ella se iría y no se había dignado a contarle nada, no había pensado ni un poco en él, había tomado una decisión sin saber cuánto lo lastimaba. Y aunque sabía que Tassha no tenía la culpa, pues no conocía sus sentimiento, la culpaba por lo que estaba sintiendo y en su mente solo podía pensar que a ella, él no le importaba.
Pero Tassha no estaba enterada de nada de lo que pasaba, para ella el mundo seguía igual y nadie más que Brunela sabia de su plan de viajar a China. Los parciales pasaron tranquilos para ella, que había estudiado hasta el cansancio y sin pensarlo el fin de ciclo se acercaba. Pero a Tassha la tenía muy preocupada la nueva actitud de Giaccomo, cada vez más frio, más distante, como si la culpara de algo; pero no se le ocurría que podía haber hecho para que su amigo se comportara de tal manera.
Los días y semanas pasaron rápido, los finales fueron favorables para Tassha, que consiguió el tercer puesto en su facultad, lo que la hizo muy feliz.
Con el mes de Agosto llego el nuevo inicio de clases, segundo ciclo para Tassha, y también las pruebas para la beca. Su solicitud estaba llena y en poco tiempo había completado el nivel básico en chino. Había más de veinte postulantes el día de la entrevista y solo cinco vacantes, Tassha comenzaba a ver como su sueño se alejaba. Paso la entrevista sin problemas, le hicieron preguntas en inglés y algunas más simples en Chino, tuvo que argumentar porque se creía merecedora de la beca y cuál era su objetivo al ir a China; luego pasaron a los exámenes escritos, donde tuvo que responder preguntas tanto psicológicas como de idiomas; finalmente los postulantes acabaron el proceso y se les informo que los resultados serían publicados en una semana.
Tassha estaba nerviosa, comenzaba a pensar que había estado mal en el psicológico, ¿y si no la aprobaban por ser una psicópata en potencia? Vio como Giaccomo pasaba frente a ella y lo saludo con una sonrisa nerviosa, pero él siguió de frente, apenas y dirigiéndole un saludo con la mirada. A Tassha le dolía su indiferencia, era su amigo y aun así la trataba como una simple chica que te encuentras y saludas por simple compromiso.
Pero lo que Tassha no sabía era que Giaccomo estaba más pendiente de lo que hacía, de lo que podría imaginar, la había seguido hasta la oficina de Intercambios para encontrar en su dulce rostro alguna señal sobre el resultado. Pero cuando la vio solo puedo dirigirle la mirada, sabía que si hablaba con ella, toda su máscara de indiferencia se vendría abajo.
Los resultados salían a las seis de la mañana y Tassha no podía cerrar los ojos, los nervios no la dejaban dormir pensando en cuál sería la respuesta. Llamo a Alejandra, su amiga de toda la vida, para calmarse un poco, hablaron casi hasta el amanecer cuando Ale ya no pudo aguantar más el sueño y se quedo dormía mientras hablaban. Faltaba una hora. Los resultados ya estaban listos pero recién a las seis los postulantes serían capaces de verlos.
Cuando Tassha volvió a despertarse no sabía ni qué hora era, se había quedado dormida encima de la laptop,  cuando vio la pantalla era casi mediodía, nadie la había despertado. Entro inmediatamente a la página de Intercambios y vio la lista de alumnos aceptados, y ahí estaba, tercera en la lista su nombre con el destino al lado: Universidad de Shanghái.
Su sueño hecho realidad, viajaría a China durante todo un año, sentía que podía explotar de felicidad. Sin saber que hacer llamo a Alejandra para contarle, y ambos gritaron por el teléfono mientras reían sin parar, cuando termino de hablar con Ale entro a Skype, necesitaba contárselo a sus amigas.
Hizo una video llamada con sus amigas: Diana, Brunela y Nayla. Pantalla del Skype cargaba lentamente y luego de unos segundos aparecieron sus rostros en la pantalla.
-¡Esqueleto! Entre, entre- gritaba Tassha dirigiéndose a Nayla, que la miraba con su clásica cara de amargada pero no podía controlar la risa y la felicidad por su amiga.
-¡Chicas entre! Tenemos que encontrarnos hoy mismo-  insistió Tassha en medio de las felicitaciones de sus amigas. Después de coordinar la hora y donde verse, Tassha se despidió diciendo que debía avisar a su familia de la gran noticia.
Corrió apresuradamente al trabajo de su mama para contarle todo, y ahí se encontró con su tía a la que también le conto lo noticia, se lo iba diciendo a cada persona que encontraba en el camino, sin poder contenerse.
Pero mientras Tassha celebraba otra persona sufría por la noticia, Giaccomo. Él también había esperado toda la noche que los resultados fueran publicados pero con la secreta esperanza que el nombre de ella no estuviera ahí. Pero cuando a las seis en punto se pudo ingresar a la página sintió como el alma se le caía a los pies, la perdería para siempre. Ella se iría y durante un año no estaría a su lado, y Giaccomo solo podía imaginar que se iría se enamoraría y no volvería jamás.
Y así mientras Tassha celebraba en un bar con sus amigas su gran viaje, Giaccomo ahogaba sus penas con un trago en el mismo lugar sin saber que la protagonista de su desdicha estaba más cerca de lo que pensaba.
Pero el destino siempre acierta en lo que hace y horas después cuando las amigas de Tassha se  fueron y ella esperaba un taxi para ir a su casa, que lo vio en la barra. Se acercó pensando que podría contarle lo del viaje y que él la felicitaría pero el resultado no fue el que espero, el salió corriendo como si hubiera recibido una bofetada en el rostro. Tassha salió detrás de él y lo alcanzo cuando estaba doblando la esquina, como era tarde no había casi nadie en la calle.
-¡¿Qué te sucede?!- pregunto Tassha mientras lo detenía por el brazo –Dime que te pasa.
Giaccomo no le hablaba, ni siquiera la miraba solo observaba el cielo con los ojos rojos aguantando las ganas de llorar.
-No me pasa nada, no sé de qué hablas- respondió después de unos minutos cuando pudo controlar nuevamente su voz
-¿Como que nada?- se amargo Tassha- Hace meses que no me hablas, que te la pasas ignorándome, eres mi amigo y no se qué he hecho para merecer esto.
-Nada, tú no has hecho nada, todo es culpa mía- le respondió ya cansado de ocultar todo lo que sentía- Es mi culpa por enamorarme de ti, sabiendo que tú no me corresponderías.
-Yo… yo no sé qué decir- respondió Tassha, que empezaba a asimilar lo dicho por su amigo, en que momento se enamoró de ella, jamás se dio cuenta.
-No digas nada, eres mi amiga y siempre lo serás, pero ahora que te vas lo último que quiero es perder tu amistad-  murmuro Giaccomo mientras la abrazaba.
Ella respondió su abrazo y le dio un beso en la mejilla para después decirle – Yo te quiero Giaccomo, pero lo que siento por ti no es suficiente para empezar algo entre nosotros-

Giaccomo sonrió, en el fondo quería ser egoísta y rogarle porque se quedara, pero la quería lo suficiente como para querer su felicidad primero. La abrazo aún más fuerte y le dio un beso en la frente.

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