A la mañana siguiente Tassha estaba emocionada, su familia la felicitaba; una de sus amigas, Brunela, le dijo para hacer un camping como despedida a su partida a China, sus abuelos la abrazaban como si no la volvieran a ver, ¡solo se iba de viaje, no iba a morirse!, todos sonreian y estaban felices por ella.
Sus amigas la recogieron horas después cuando ya todos se habían ido, irian a "El Bosque", un club super divertido donde ellas habían ido de pequeñas a tomar talleres, y lo recordaban con mucho cariño. Disfrutaron de la vista, del aire puro y de los bueno recuerdos que tenian juntas, cuando se conocieron, cuando peleaban y todas esas cosas que recuerdas cuando alguien esta por marchar.
Cuando el día terminaba fueron a un karaoke para relajarse un poco, Tassha escogió "It has to be you" y mientras cantaba, sin darse cuenta las lágrimas caían por sus ojos sin que nadie mas se percatara, hasta que Brunela se dio cuenta, la abrazo y propuso irse a su carpa.
Ya en el lugar Brunela comenzo con su clásico discurso de que debía esforzarse mas, que la extrañaría y muchas cosas mas para llorar, los malvaviscos con galletas no podían faltar.
Al día siguiente debian irse temprano pues le tocaba recoger su boleto de avión, iría con Alejandra a recogerlos y el tiempo avanzaba rápido.
Cuatro días, eran solo cuatro días los que faltaban para que llegara la hora de irse, y el tiempo iba en su contra, no había comprado nada, ni sabia que clima tocaba cuando llegara, las horas no alcanzaban para alistar lo que debia llevar, pasar los últimos días con sus amigas y estar con su familia. A veces deseaba poder dividirse en dos y que una viajara y la otra se quedara pero era imposible y debía dejar todo lo que conocía por cumplir su sueño.
Cuando el dia llego, todos estaban en el aeropuerto para despedirla sus amigas, sus padres, sus hermanos; todos a lagrima viva la dejaban en el embarque. Subio al avion y aunque habia estado mostrandose fuerte con todos, ya en su asiento no pudo evitar que unas cuantas lagrimas salieran de sus ojos, no veria a todas esas personas que amaba por un largo tiempo y aunque era feliz por hacer lo que queria no podia evitar pensar en todos.
El avion despego sin complicaciones, harian escala en Los Angeles y luego directo y sin paradas a Shanghai, estaba emocionada y asustada a la vez, no tenia idea de como seria odo cuando llegara y tenia miedo de no poder hacerlo bien y defraudar a todos los que esperaban por ella, pero dejo todos esos pensamientos de lado y se dedico a aprovechar las proximas 7 horas durmiendo.
Los Angeles fue una parada ligera, de solo unas 3 horas que aprovecho en comprar algunos reuerdos. Abordo su segundo vuelo y despues de mucha espera por fin escucho las indicaciones para el aterrizaje, habia llegado, lo conguio, llego a China.
Despues de recoger sus maletas salio por la salida indicada sin saber como reconocer al que la iria a recoger al aeropuerto, cuando llego a la salida se soprendio, varias personas estaban esperando a los viajeron con carteles que llevaban los nombres, busco rapidamente si encontraba el suyo.
Un hombre de traje negro esperaba con dos carteles e mano uno recitaba: Welcome to China, Tassha. First Year. Era para ella y era emocionante, mientras se acercaba al encargado otra chica tambien se encaminaba en la misma direccion, la otra ganadora de la beca, la habia visto un par de veces en algunas clase pero le parecia muy creida que nunca habia hablado con ella.
Ambas subieron al coche que las epseraba fuera y sin sorpresa para ella ni siquiera le dirigio la palabra, se ignoraron mutuamente todo el camino.
Tassha observaba por la ventana todas las calles y la gente que caminaba tranquilamente por todos lados. Cuando llegaron a la universidad fue emocionante, cruzaron los muros que rodeaban los terrenos de la universidad y fueron directo a lo que supuso eran los dormitorios, afortunadamente Roberta no iba al mismo piso que ella, un alivio.
Su cuarto era mediano y se antojaba comodo, compartiria habitacion con una chica china, mientras ponia su maleta sonbre la cama escucho risas que venian del pasillo y el pomo de la puerta que giraba.
Un amor en Shanghái
Tassha viaja a China a estudiar un año, sin saber que encontrara el amor y la decepción.
lunes, 2 de diciembre de 2013
domingo, 22 de septiembre de 2013
Capitulo 2
Una semana después de lo ocurrido en los talleres de Arte,
llego al correo de Tassha un mensaje informativo sobre intercambios
universitarios. Según lo que pudo enterarse en la charla a la que asistió, tenía que sacar una nota
mayor a la media en su primer año para poder tener una oportunidad para
postular a una beca por un año en la mejor universidad de China.
Desde ese momento Tassha dedico todo su tiempo para lograr
conseguir la beca, se inscribió en un curso superintensivo de Chino y pasaba más
de doce horas en la universidad, adelantando temas y estudiando para cada
practica o examen.
Giaccomo la veía tan preocupada por sus notas, que siempre
intentaba ayudarla en todo lo que pudiera, pero aún no estaba enterado de los
planes de Tassha. Sin proponérselo, con el tiempo se fue enamorando de ella, de
esa sonrisa enorme que siempre le dedicaba cuando lo veía, de sus ojos cafés
que siempre lo hipnotizaban como un tonto a sus pies, de su manera de ser tan espontánea
y divertida. Giaccomo estaba enamorado hasta los huesos pero no quería que
Tassha se alejara de él, no quería perderla, y por eso calló, durante mucho
tiempo oculto ese sentimiento que crecía cada día más.
Fue una tarde de Mayo, cuando los parciales estaban a la
vuelta de la esquina que Giaccomo lo supo todo. Caminaba hacia la cafetería
mientras leía una lectura para historia, desconcentrado de quien pasaba a su
alrededor, cuando escucho una conversación.
-¡No sabes la última!- le decía una chica menuda de estatura
media y voz amable, que conversaba con otra chica mucho más delgada que ella y
de menor estatura.
-¿Qué paso? ¡Cuéntame Brunela!- respondía su compañera
mientras se detenía.
-Tassha se va a China, ¡nuestra Tassha se va!- Grito la que
ahora sabia se llamaba Brunela.
La otra muchacha se quedó estática mientras su amiga
intentaba hacerla reaccionar.
-¡Nayla, di algo!-
Giaccomo se alejó rápidamente, había visto a ambas chicas y
sabía que eran amigas de Tassha, no había nadie más que conociera con ese
nombre. Cuando asimilo lo que había escuchado, su mundo se vino abajo, ella se
iría y no se había dignado a contarle nada, no había pensado ni un poco en él,
había tomado una decisión sin saber cuánto lo lastimaba. Y aunque sabía que
Tassha no tenía la culpa, pues no conocía sus sentimiento, la culpaba por lo
que estaba sintiendo y en su mente solo podía pensar que a ella, él no le
importaba.
Pero Tassha no estaba enterada de nada de lo que pasaba,
para ella el mundo seguía igual y nadie más que Brunela sabia de su plan de
viajar a China. Los parciales pasaron tranquilos para ella, que había estudiado
hasta el cansancio y sin pensarlo el fin de ciclo se acercaba. Pero a Tassha la
tenía muy preocupada la nueva actitud de Giaccomo, cada vez más frio, más
distante, como si la culpara de algo; pero no se le ocurría que podía haber
hecho para que su amigo se comportara de tal manera.
Los días y semanas pasaron rápido, los finales fueron
favorables para Tassha, que consiguió el tercer puesto en su facultad, lo que
la hizo muy feliz.
Con el mes de Agosto llego el nuevo inicio de clases,
segundo ciclo para Tassha, y también las pruebas para la beca. Su solicitud
estaba llena y en poco tiempo había completado el nivel básico en chino. Había más
de veinte postulantes el día de la entrevista y solo cinco vacantes, Tassha
comenzaba a ver como su sueño se alejaba. Paso la entrevista sin problemas, le
hicieron preguntas en inglés y algunas más simples en Chino, tuvo que
argumentar porque se creía merecedora de la beca y cuál era su objetivo al ir a
China; luego pasaron a los exámenes escritos, donde tuvo que responder
preguntas tanto psicológicas como de idiomas; finalmente los postulantes
acabaron el proceso y se les informo que los resultados serían publicados en una
semana.
Tassha estaba nerviosa, comenzaba a pensar que había estado
mal en el psicológico, ¿y si no la aprobaban por ser una psicópata en potencia?
Vio como Giaccomo pasaba frente a ella y lo saludo con una sonrisa nerviosa,
pero él siguió de frente, apenas y dirigiéndole un saludo con la mirada. A
Tassha le dolía su indiferencia, era su amigo y aun así la trataba como una
simple chica que te encuentras y saludas por simple compromiso.
Pero lo que Tassha no sabía era que Giaccomo estaba más
pendiente de lo que hacía, de lo que podría imaginar, la había seguido hasta la
oficina de Intercambios para encontrar en su dulce rostro alguna señal sobre el
resultado. Pero cuando la vio solo puedo dirigirle la mirada, sabía que si
hablaba con ella, toda su máscara de indiferencia se vendría abajo.
Los resultados salían a las seis de la mañana y Tassha no
podía cerrar los ojos, los nervios no la dejaban dormir pensando en cuál sería
la respuesta. Llamo a Alejandra, su amiga de toda la vida, para calmarse un
poco, hablaron casi hasta el amanecer cuando Ale ya no pudo aguantar más el
sueño y se quedo dormía mientras hablaban. Faltaba una hora. Los resultados ya
estaban listos pero recién a las seis los postulantes serían capaces de verlos.
Cuando Tassha volvió a despertarse no sabía ni qué hora era,
se había quedado dormida encima de la laptop,
cuando vio la pantalla era casi mediodía, nadie la había despertado. Entro
inmediatamente a la página de Intercambios y vio la lista de alumnos aceptados,
y ahí estaba, tercera en la lista su nombre con el destino al lado: Universidad
de Shanghái.
Su sueño hecho realidad, viajaría a China durante todo un
año, sentía que podía explotar de felicidad. Sin saber que hacer llamo a
Alejandra para contarle, y ambos gritaron por el teléfono mientras reían sin
parar, cuando termino de hablar con Ale entro a Skype, necesitaba contárselo a
sus amigas.
Hizo una video llamada con sus amigas: Diana, Brunela y
Nayla. Pantalla del Skype cargaba lentamente y luego de unos segundos
aparecieron sus rostros en la pantalla.
-¡Esqueleto! Entre, entre- gritaba Tassha dirigiéndose a
Nayla, que la miraba con su clásica cara de amargada pero no podía controlar la
risa y la felicidad por su amiga.
-¡Chicas entre! Tenemos que encontrarnos hoy mismo- insistió Tassha en medio de las
felicitaciones de sus amigas. Después de coordinar la hora y donde verse,
Tassha se despidió diciendo que debía avisar a su familia de la gran noticia.
Corrió apresuradamente al trabajo de su mama para contarle
todo, y ahí se encontró con su tía a la que también le conto lo noticia, se lo
iba diciendo a cada persona que encontraba en el camino, sin poder contenerse.
Pero mientras Tassha celebraba otra persona sufría por la
noticia, Giaccomo. Él también había esperado toda la noche que los resultados
fueran publicados pero con la secreta esperanza que el nombre de ella no
estuviera ahí. Pero cuando a las seis en punto se pudo ingresar a la página sintió
como el alma se le caía a los pies, la perdería para siempre. Ella se iría y
durante un año no estaría a su lado, y Giaccomo solo podía imaginar que se iría
se enamoraría y no volvería jamás.
Y así mientras Tassha celebraba en un bar con sus amigas su
gran viaje, Giaccomo ahogaba sus penas con un trago en el mismo lugar sin saber
que la protagonista de su desdicha estaba más cerca de lo que pensaba.
Pero el destino siempre acierta en lo que hace y horas después
cuando las amigas de Tassha se fueron y
ella esperaba un taxi para ir a su casa, que lo vio en la barra. Se acercó
pensando que podría contarle lo del viaje y que él la felicitaría pero el
resultado no fue el que espero, el salió corriendo como si hubiera recibido una
bofetada en el rostro. Tassha salió detrás de él y lo alcanzo cuando estaba
doblando la esquina, como era tarde no había casi nadie en la calle.
-¡¿Qué te sucede?!- pregunto Tassha mientras lo detenía por
el brazo –Dime que te pasa.
Giaccomo no le hablaba, ni siquiera la miraba solo observaba
el cielo con los ojos rojos aguantando las ganas de llorar.
-No me pasa nada, no sé de qué hablas- respondió después de
unos minutos cuando pudo controlar nuevamente su voz
-¿Como que nada?- se amargo Tassha- Hace meses que no me hablas,
que te la pasas ignorándome, eres mi amigo y no se qué he hecho para merecer
esto.
-Nada, tú no has hecho nada, todo es culpa mía- le respondió
ya cansado de ocultar todo lo que sentía- Es mi culpa por enamorarme de ti,
sabiendo que tú no me corresponderías.
-Yo… yo no sé qué decir- respondió Tassha, que empezaba a
asimilar lo dicho por su amigo, en que momento se enamoró de ella, jamás se dio
cuenta.
-No digas nada, eres mi amiga y siempre lo serás, pero ahora
que te vas lo último que quiero es perder tu amistad- murmuro Giaccomo mientras la abrazaba.
Ella respondió su abrazo y le dio un beso en la mejilla para
después decirle – Yo te quiero Giaccomo, pero lo que siento por ti no es
suficiente para empezar algo entre nosotros-
Giaccomo sonrió, en el fondo quería ser egoísta y rogarle
porque se quedara, pero la quería lo suficiente como para querer su felicidad
primero. La abrazo aún más fuerte y le dio un beso en la frente.
sábado, 14 de septiembre de 2013
Capitulo 1
Era una mañana de invierno,
Tassha corría de un lado a otro buscando un lápiz y un borrador, era su examen
de admisión, y aunque no quería mostrarse nerviosa frente a su familia, por dentro
solo podía pensar en que no iba a ingresar.
Salió junto a su mamá hacia la universidad, en el camino sentía como su estómago se contraía de nervios y sus uñas eran la que sufrían las consecuencias. Cuando llego todo paso tan rápido, paso su huella en la entrada, busco el salón que le tocaba y sin darse cuenta ya estaba sentada con el examen por comenzar.
Salió junto a su mamá hacia la universidad, en el camino sentía como su estómago se contraía de nervios y sus uñas eran la que sufrían las consecuencias. Cuando llego todo paso tan rápido, paso su huella en la entrada, busco el salón que le tocaba y sin darse cuenta ya estaba sentada con el examen por comenzar.
Empezó la primera parte,
letras, tema que dominaba bien así que termino rápido y puedo observar tranquilamente a los demás postulantes. A su lado, un chico alto de cabello ondulado y ojos
marrones adornados por un par de lentes, leía apresuradamente su hoja mientras movía
el lápiz entre sus dedos, marcaba la pregunta y pasaba a la siguiente sin
percatarse de que alguien más lo observaba. Tassha lo vio tan concentrado que
le causo aún más nervios. La segunda parte comenzó con matemática y ahí si no
podía darse el lujo de ver hacia otro lado, el tiempo pasaba más rápido que antes como si
jugara en contra de los postulantes, que sin parar rellenaban sus cartillas de
respuestas.
El timbre marco el fin del examen, las hojas fueron recogidas y Tassha seguía en su sitio sentada sin saber qué hacer, su mente divagaba entre las respuestas que creía haber errado. Fue mientras pensaba en un par de respuestas dudosas cuando el mismo chico que estaba a su lado la miro, y como si se conocieran de toda la vida, le pregunto cómo le había
parecido el examen. Comenzaron una charla sobre las preguntas que ambos
recordaban y las carreras a las que querían ingresar. Él se llamaba Giaccomo y
pensaba entrar a Finanzas. Después de intercambiar números ambos tomaron su
propio camino; por su parte, Tassha regreso a casa a esperar los tan ansiados resultados.
Sin pensarlo ya eran las
seis, Tassha entro a la página donde se publicarían los resultados, ingreso su
código y contraseña. y mientras la página cargaba solo podía pensar en lo peor,
tapo sus ojos con una mano para no ver lo que decía y luego pasándola a la
pantalla la iba bajando poco a poco, una letras en negrita hicieron su aparición
“INGRESÓ”, esas siete letras la hicieron tan feliz, se convertiría en la
mejor economista del mundo, era su sueño. Mientras gritaba que había ingresado
y recibía las felicitaciones de su familia, escucho como en medio de todo el
alboroto su celular sonaba, sin ver el numero contestó, aun con la sonrisa en
su rostro y un par de lágrimas de felicidad viajando rebeldes por sus mejillas, era Giaccomo que la llamaba para contarle que
había ingresado, al otro lado de la línea también escuchaba gritos de alegría,
se felicitaron mutuamente al saber que al menos los primeros dos años los
llevarían juntos.
Los días pasaron más felices,
más tranquilos sabiendo que ya había dado el primer paso. Sin esperarlo termino hablando con Giaccomo casi todos los días, preocupados por lo que venía
ahora. Se encontraron más de una vez y sin
pensarlo se hicieron amigos.
El años quedo atrás y uno totalmente nuevo empezaba para los nuevos cachimbos, que llegaron
juntos a su primer día de clase, estaban en el mismo horario, lo que les alegro
pues así conocían a alguien más. En su primera clase no sabían que esperar,
filosofía era a primera hora. Tassha no conocía a nadie más que a Giaccomo, así
que se sentaron juntos, el profesor entro y empezó la clase. Para cuando
terminó salieron riéndose, la clase era entretenida y Danilo, el profesor, era
de lo más gracioso; dos veces habían tenido receso para tomar algo y habían
escrito las primeras páginas de sus cuadernos nuevos. La segunda clase era Matemática
1, el profesor serio y renegón los esperaba ya en el salón, nadie hablaba y
solamente escribían lo que él ponía en la pizarra, sin introducciones o
chistes.
Llego el momento de irse,
Tassha que debía irse rápido se despidió de Giaccomo hasta el día siguiente.
Avanzaba apresurada por llegar a las salida, caminando entre los talleres de arte
que parecían un laberinto, cuando está a punto de salir al camino principal un
chico se cruzó en su camino impidiéndole el paso.
-Hola Tassha, tenía muchas
ganas de hablar contigo- dijo el extraño, alto y todo vestido de negro.
Tassha no entendía como conocía su nombre si ella no lo había visto nunca en su
vida.
-¿Cómo sabes mi nombre?- fue
lo primero que salió de los labios de la asustada muchacha, mientras vagaban
sus ojos para ver si había alguien que pudiera sacarla de tan incómoda situación.
-Yo lo es todo de ti, te he
observado y me gustas mucho- el muchacho comenzó a acercarse peligrosamente
mientras ella retrocedía hasta chocar contra la pared, no tenía más escapatoria. Sus
manos inmóviles sin poder moverlas por el terror de lo que le pudiera hacer ese
desconocido. Las manos de él empezaron a acariciar su rostro suavemente como si
no se decidiera, hasta que al parecer su conciencia perdió y apoyando un brazo junto a
la cabeza de Tassha para impedir que huya, la tomo por la cintura para
acercarla más a él para después intentar besarla a la fuerza. Entre forcejeos, caen al piso, Tassha quedando debajo aun gritando que por favor no lo hiciera.
Cuando estaba a punto de
darse por vencida, escucho una voz que reconocería en cualquier parte y comenzó
a gritar con ganas renovadas, pidiendo auxilio. Era la voz de Giaccomo, la que había
escuchado a los lejos, que apenas escucho los gritos se acercó a ver que ocurría.
Cuando llego donde estaba Tassha, la encontró en el piso con un chico encima de
ella; la rabia nublo sus sentido y lo cogió por el polo levantándolo en el
aire, y sin pensar ni siquiera en quien era aquel desgraciado comenzó a
golpearlo una y otra vez, con más fuerza.
Tassha aún estaba en el piso
conmocionada por lo que acaba de ocurrir, nunca pensó que eso podía ocurrirle
justo a ella. Cuando por fin pudo reaccionar, frente a ella Giaccomo
golpeaba a ese ser despreciable, pero aunque se lo merecía no podía permitir
que su amigo siguiera golpeándolo de tal manera. Se acercó a Giaccomo y comenzó
a pedirle que parara, que no valía la pena. Él escucho sus palabras y después
de atinarle un par de golpes al sujeto lo dejo tirado y se volvió hacia donde
estaba Tassha.
-¿Estas bien? ¿Te hizo algo?-
pregunto Giaccomo mientras la observaba buscando alguna herida visible.
-Sí, no llego a hacerme nada,
todo gracias a ti- respondió entre lágrimas Tassha, mientras era acogida por los
brazos de su salvador.
Ambos salieron juntos y desde
ese momento Giaccomo no la dejaba sola, pensando que podría ocurrir algo
semejante y él no estar ahí para ayudarla.
Al día siguiente de lo
ocurrido, Giaccomo llego temprano a la Universidad para investigar quién era el
que había buscado a Tassha el día anterior. Pregunto a un vigilante si habían encontrado
a un chico golpeado cerca de los talleres de arte, alegando que era su amigo
para que le dieran la información. Pero no consiguió que alguien le diera un
nombre, nadie había sido encontrado y mucho menos herido.
Días después Tassha se
encontraba sola en la cafetería esperando que Giaccomo se encontrara con ella. Desde lo
sucedido en Arte no había estado sin su compañía y ya era costumbre quedar
siempre para almorzar juntos, o que él la acompañe al paradero.
Mientras esperaba leyendo un
libro, un avioncito de papel llego a su mesa; levanto la mirada buscando quien había
sido el que lo había enviado pero nadie parecía ser el autor del avioncito. Lo
desdoblo lentamente y dentro encontró una nota: “Me las pagaras”, sabía
perfectamente quien era y tenía miedo, no podía negarlo. Pero intentando ser
fuerte se paró y boto el papel a la basura, no quería que su amigo Giaccomo se
preocupara más, suficiente hacía con acompañarla siempre como para que también tuviera
que estar solucionándole todos los problemas.
Las notas siguieron llegando sin
que le cuente a nadie, siempre en clase de filosofía, pero nunca se atrevía
a voltear por el temor de encontrarse con esos ojos negros que la habían asustado tanto, y lo seguían haciendo.
Un día mientras hacían un
trabajo en grupo, lo vio sentado frente a ella como si nunca hubiera hecho
nada. Giaccomo no lo reconoció, se había teñido el cabello de rubio, y ya no estaba
vestido todo de negro. Fue entonces, mientras todo hablaban que se enteró quien
era, Damon Cárdenas estudiante de Economía, igual que ella, compartían clases de
filosofía e historia.
Tassha sabía que no podía hacer
nada para detenerlo, la había asustado pero no había hecho mucho más, así que no
tenía ninguna evidencia del ataque más que su propia palabra, pero no pensaba
quedarse los cinco años aguantando sus amenazas, tendría que buscar una solución
y lo más rápido posible.
Epilogo
Tassha escucha las voces de la aeromoza avisando que el avión está a punto de aterrizar. A su mente regresan los recuerdos de lo vivido, de todo aquello que la hizo tan feliz; recuerda los momentos con los amigos, con ellos, pero también recuerdas los malos momentos, las lágrimas y por qué se alejó intempestivamente. Todo vuelve a su mente como si el tiempo no hubiera pasado, como si fuera solo ayer cuando tomo ese avión para regresar a su país, dejando atrás el amor.
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